En medio de la polémica por las regulaciones en diversos países, estudio UC-EducomLab reveló que el 76,2% de profesionales en colegios cree que los teléfonos han empeorado la salud mental de sus estudiantes y más del 90% indicó que debería regularse su uso. ¿Las razones? Para el 74,9% interrumpe la dinámica de las clases, el 86,9% cree que se desconcentran más y el 63% dice que se pierden el contenido de la clase, a pesar que el 70% asegura que pueden buscar información de forma más sencilla y el 40% que facilita procesos de aprendizaje y lo pueden utilizar como herramienta complementaria. Estos son algunos de los resultados del estudio realizado por la Facultad de Comunicaciones UC y EducomLab.
Más de 200 profesionales en colegios fueron encuestados para entender el impacto que están teniendo los teléfonos y pantallas en sus estudiantes. Uno de los aspectos más novedosos de la investigación fue que consultó por las diferencias que ven al compararlos 10 años atrás, antes que ingresaran los teléfonos en los colegios. Dentro de las diferencias más notorias concluyó que hoy: el 82,8% cree que sus estudiantes tienen menos habilidades sociales, el 82,2% se concentran menos, el 75,% que ha aumentado la falta de sueño, el 74,2% considera que tienen menos empatía, el 72,8% que respetan menos a sus compañeros, el 70,8% que tienen menos tolerancia a frustración y el 69,4% que decrecieron sus habilidades comunicacionales.
El académico de la Facultad de Comunicaciones de la UC y Director de EducomLab, Daniel Halpern, explicó que estos datos pueden entenderse por lo difícil que es regular el uso del teléfono. “El teléfono tiene aspectos que son positivos: de hecho el 70% de los encuestados aseguró que pueden buscar información de forma más sencilla y el 40% que facilita procesos de aprendizaje y lo pueden utilizar como herramienta complementaria. El problema es que un porcentaje importante hoy de adolescentes no son capaces de regular su uso: se quedan hasta altas horas de la noche, duermen menos, se comparan de forma constante con terceros, lo que afecta negativamente su autoestima, y hace que se sientan menos seguros”.
Con respecto a la necesidad de educar sobre su uso, el 98,9% de los encuestados piensa que los colegios deberían tener planes de formación en educación digital, el 94% indicó que debería existir una política de regulación digital, mientras que el 89,1% que deberían ser los apoderados, padres o tutores quienes no permitan que estudiantes lleven el teléfono. Y si bien el 95,1% indicó que debería regularse su uso en clases, un 50,8% que debería prohibirse en esos espacios. Ante esto, el académico señaló que los datos confirman el conflicto que se vive en muchos colegios, en que por una parte los apoderados piden que sea la institución quién tome las medidas para regular el uso, pero por otra parte, el colegio se defiende diciendo que fueron los padres y madres de los estudiantes quienes les entregaron el teléfono, por lo que ellos deberían tener un mayor rol en la regulación que sus hijos e hijas hacen de la tecnología.
En relación al uso de redes sociales y el impacto que podría tener con sus estudiantes, un 83,1% dijo que no deberían ser amigos-contactos de sus estudiantes, el 77,6%% indicó no estar de acuerdo con tener contacto directo con ellos por WhatsApp, y un 65,9% dijo que los profesores deberían tener sus redes sociales privadas para que los estudiantes no sepan qué actividades realizan. De forma similar, el 62,8% mencionó que el canal oficial en la comunicación en colegios debería ser solo el correo electrónico.
Estos datos, según Halpern, muestran la relevancia que se desarrolle una política comunicacional digital entre profesores y estudiantes. De acuerdo al académico, el estudio confirma que hoy los profesores son más conscientes del impacto que puede tener en los estudiantes ser contacto directo en redes sociales. “Si bien el profesor puede querer acercarse y tener una relación más directa con sus estudiantes a través de las redes sociales, esa horizontalidad también tiene riesgos asociados, que van desde que después los estudiantes quieran aprovecharse y preguntar todo por WhatsApp, a que los profesores cuando son contactos o amigos en redes sociales puedan incomodarse por la información que posteriormente postean”.
La metodología utilizada fue a través de una encuesta online, que contempló 210 profesores, psicólogos y profesionales de diferentes colegios del país. La encuesta se realizó entre el 15 y 31 de diciembre del año 2023. En la primera parte el informe analizó el área académica y de aprendizaje, en la segunda detalló cómo debería ser una política de regulación digital, en la tercera revisó el impacto socioemocional del uso de tecnología en escolares y en la cuarta se compara sus estudiantes actuales con cómo eran 10 años atrás, cuando no habían teléfonos en las aulas.
Fuente: Estudio UC - EducomLab